JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL Y MERCANTIL DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO MONAGAS.
Maturín, 14 de Diciembre de 2009.
199° y 150°

EXP. 11.717
DEMANDANTE: HENRY ENRIQUE SOTO RODRIGUEZ, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° 13.915.383, domiciliado en esta ciudad de Maturín Estado Monagas.

APODERADA JUDICIAL DE LA PARTE DEMANDANTE: MILVIDA MERCEDES VILLARROEL YEGUEZ, Abogada en ejercicio, inscrita en el Instituto de previsión Social del Abogado bajo el N° 102.317 y de este domicilio.

DEMANDADA: MIRIAN JOSEFINA LEON VALLENILLA, venezolana, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N° 10.308.158.

DEFENSORA JUDICIAL DE LA PARTE DEMANDANTE: CARMEN CABEZA, Abogada en ejercicio, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N° 54.076.

MOTIVO: DIVORCIO ORDINARIO.

Se inicia el presente procedimiento con demanda interpuesta por el ciudadano HENRY ENRIQUE SOTO RODRIGUEZ, debidamente asistido por la Abogada MILVIDA MERCEDES VILLARROEL YEGUEZ, IPSA N° 102.317, mediante la cual expuso que contrajo matrimonio civil en fecha 26/06/1999 con la ciudadana MIRIAN JOSEFINA LEON VALLENILLA, por ante la Jefatura Civil de la Parroquia Alto de los Godos del Municipio Maturín del Estado Monagas, tal como consta de la copia certificada del Acta de Matrimonio que acompañó a su escrito, marcada “A”. Que fijaron su domicilio conyugal en esta ciudad de Maturín, donde todo transcurría en completa armonía, pero que en fecha 12/08/2001 la conducta de su cónyuge fue cambiando radicalmente sin ninguna explicación, y un día le manifestó que se mudaba a casa de su madre y que no quería saber nada más de él, que no la buscara que ella lo que quería era el divorcio. Que de dicha unión no se procrearon hijos ni se adquirieron bienes a repartir. Por tales hechos ocurre ante esta autoridad para demandar a la ciudadana MIRIAN JOSEFINA LEON VALLENILLA, por estar incursa en lo establecido en el ordinal 2° del artículo 185 del Código Civil como causal de divorcio. Solicitó que la citación de la demandada se practicara en la siguiente dirección: Urbanización San Rafael, casa N° 194, Sector Terrazas del Oeste de esta ciudad de Maturín. Y señaló como dirección procesal de su abogado la Oficina N° 1, del Edificio Hanan, en el piso 1, de esta ciudad de Maturín.
Admitida como fue la demanda por auto de fecha 21/02/2007, por cuanto no era contraria a las disposiciones del artículo 341 de la ley adjetiva, se ordenó el emplazamiento de la demandada a los fines de que se diera el primer acto conciliatorio pasados como fueran 45 días continuos después de su citación y de no lograrse la reconciliación, quedaban emplazados para el segundo acto. Se ordenó igualmente la notificación de la Fiscal Octava del Ministerio Público.
Cursa al folio 13 diligencia mediante la cual el ciudadano SERGIO RONDON, en su carácter de Alguacil Temporal del Tribunal, consigna boleta de citación sin firmar, indicando que a pesar de que el día 30/05/2007 buscó a la demandada en la Urbanización San Rafael, casa N° 194, Sector Terrazas del Oeste de esta ciudad de Maturín, no encontró a la misma ni logró establecer su ubicación.
Agotada la citación personal, previa solicitud de la parte demandante se libró cartel de citación, el cual fue posteriormente publicado, consignado y agregado a los autos.
En fecha 25/06/2008, por cuanto fue designado defensor judicial a la parte demandada sin que se fijara en el domicilio de ésta el cartel de citación librado, se ordenó la reposición de la causa al estado de que la parte actora solicitara a la secretaria del tribunal, diera cumplimiento a lo dispuesto 223.
Mediante diligencia de fecha 28/10/2008 compareció la Abogada DUBRAVKA VIVAS, en su carácter de Secretaria de este despacho y dejó constancia de que el día 23/10/2008, la Abogada MARIA JOSE MAY en su condición de Secretaria Accidental, se trasladó a la casa N° 194 de la Urbanización San Rafael, Sector Terrazas del Oeste de esta ciudad de Maturín, donde fijó cartel de citación dirigido a la ciudadana MIRIAN JOSEFINA VALLENILLA.
Por auto de fecha 09/12/2008, previa solicitud de parte, se designó defensor judicial a la demandada, recayendo tal nombramiento en la persona de la Abogada CARMEN CABEZA, IPSA N° 54.076, quien una vez notificada aceptó el cargo y juró cumplirlo fielmente.
Teniéndose concluidas las oportunidades de ley para que las partes lograran una conciliación, ya que ni la demandada ni su defensora judicial se hicieron presentes a los actos conciliatorios, ni al de contestación a la demanda; y habiendo manifestado el accionante su deseo de continuar con el juicio, el mismo se declaró abierto a pruebas.
Vencido el lapso probatorio, y presentando sólo por la parte demandante escrito de pruebas, se fijó el décimo quinto día de despacho siguiente para la presentación de informes.
Por cuanto el Abogado SAID SARKIS FRANGIE MAARRAOUI fue designado Juez Temporal de este Tribunal, en fecha 01/12/2009 se abocó al conocimiento de la presente causa, para todos los fines legales subsiguientes.
UNICA:
De una revisión de las actas que componen el presente expediente observa este Juzgado, que la parte demandada no pudo ser citada personalmente, por lo que se acordó su citación por cartel; y por cuanto no acudió en su oportunidad se le designó un defensor ad-litem, recayendo tal designación sobre la abogada CARMEN CABEZA, quien aceptó el cargo y juro cumplir con las responsabilidades inherentes al mismo, sin embargo, ésta no compareció a ninguno de los actos conciliatorios fijados, ni a dar contestación a la demanda ni en la oportunidad de pruebas.
Resulta entonces evidente para este tribunal que el comportamiento apático de la defensora ad litem desmejoró la situación de la parte demandada, pues no hubo ningún acto de defensa a lo largo de éste proceso. La situación se equipara a haber llevado el juicio sin designación de defensor, pues el resultado es exactamente el mismo: un agravio irreparable a la posición jurídica del demandado.
Cuando el defensor jura cumplir fielmente el cargo de auxiliar de justicia que asume, supone de su parte una conducta activa en pro de la defensa del demandado, de lo contrario debe excusarse, para que otro abogado lo ocupe en esos términos. Respecto a esta particular situación del defensor ad litem la Sala Constitucional del Tribunal Supremo Justicia en sentencia de fecha 14 de abril de 2005, con ponencia del Magistrado Dr. Arcadio Delgado Rosales, estableció: “…Señala esta Sala que la designación de un defensor ad litem se hace con el objeto de que el demandado que no pueda ser citado personalmente, sea emplazado y de este modo se forme la relación jurídica procesal que permita el desarrollo de un proceso válido, emplazamiento que incluso resulta beneficioso para el actor, ya que permite que la causa pueda avanzar y se logre el resultado perseguido como lo es la sentencia; el abogado que haya sido designado para tal fin juega el rol de representante del ausente o no presente, según sea el caso y tiene los mismos poderes de un apoderado judicial, con la diferencia que, su mandato proviene de la Ley y con la excepción de las facultades especiales previstas en el artículo 154 del Código de Procedimiento Civil. Por tanto, mediante el nombramiento, aceptación de éste, y respectiva juramentación ante el Juez que lo haya convocado, tal como lo establece el artículo 7 de la Ley de Juramento, se apunta hacia el efectivo ejercicio de la garantía constitucional de la defensa del demandado a la que se ha hecho mención.
Sin embargo en el caso de autos, el abogado designado como defensor del demandado no cumplió con los deberes inherentes a su cargo, puesto que se evidencia del estudio hecho a las actas, que una vez aceptado el cargo y juramentado para el cumplimiento de dicha actividad, su participación en la defensa de los derechos de su representado fue inexistente, ya que el mismo no dio contestación a la demanda interpuesta y ni siquiera impugnó la decisión que le fue adversa a dicho representado; por lo que visto que el defensor ad litem tiene las mismas cargas y obligaciones establecidas en el Código de Procedimiento Civil con respecto a los apoderados judiciales, esta negligencia demostrada por el abogado Jesús Natera Velásquez, quien juró cumplir bien y fielmente con los deberes impuestos, dejó en desamparo los derechos del entonces demandado. Aunado a lo anterior, considera esta Sala que el Juez como rector del proceso debe proteger los derechos del justiciable, más aún cuando éste no se encuentra actuando personalmente en el proceso y su defensa se ejerce a través de un defensor judicial, pues como tal debe velar por la adecuada y eficaz defensa que salvaguarde ese derecho fundamental de las partes, por lo que en el ejercicio pleno de ese control deberá evitar en cuanto le sea posible la transgresión de tal derecho por una inexistente o deficiente defensa a favor del demandado por parte de un defensor ad litem. Asimismo, ha sido criterio de la doctrina que el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil constriñe al Juez a evitar el perjuicio que se le pueda causar al demandado, cuando el defensor ad litem no ejerce oportunamente una defensa eficiente, ya sea no dando contestación a la demanda, no promoviendo pruebas o no impugnando el fallo adverso a su representado, dado que en tales situaciones la potestad del juez y el deber de asegurar la defensa del demandado le permiten evitar la continuidad de la causa, con el daño causado intencional o culposamente por el defensor del sujeto pasivo de la relación jurídica procesal en desarrollo; por lo que corresponderá al órgano jurisdiccional -visto que la actividad del defensor judicial es de función pública- velar por que dicha actividad a lo largo de todo el iter procesal se cumpla debida y cabalmente, a fin de que el justiciable sea real y efectivamente defendido.
En el caso bajo análisis observa esta Sala que, si bien es cierto que el Juzgado Primero de Primera Instancia realizó todo lo conducente en un principio para la tutela del derecho a la defensa del demandado, como lo reflejan sus intentos de citación, y vista su imposibilidad el posterior nombramiento de un defensor ad litem, aquel al avistar el cúmulo de omisiones por parte del defensor judicial que devenían en una violación del derecho a la defensa del demandado ausente, debió en la oportunidad de dictar su decisión de fondo, como punto previo, reponer la causa al estado en que dejó de ejercerse eficientemente la defensa del demandado, actividad que podía perfectamente realizar atendiendo a lo establecido en el artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dado que, con la declaratoria con lugar de la demanda, con fundamento en la confesión ficta del demandado –por la omisión del defensor ad litem- vulneró el orden público constitucional, cuya defensa indiscutiblemente correspondía a dicho órgano jurisdiccional.
Ciertamente, es necesario señalar que esta Sala a través de su fallo N° 967 del 28 de mayo de 2002, en un caso análogo, indicó que bastaba con el nombramiento y posterior juramentación del defensor ad litem por parte del órgano jurisdiccional, para garantizar el derecho a la defensa de la parte demandada en juicio; sin embargo, el 26 de enero de 2004, al asumir un nuevo criterio, esta Sala fue más allá y estableció mediante decisión N° 33, que “(…) la función del defensor ad litem, en beneficio del demandado, es el de defenderlo, el que el accionado pueda ejercer su derecho de defensa, lo cual supone que sea oído en su oportunidad legal. De allí, que no es admisible que el defensor ad litem no asista a contestar la demanda, y que por ello se apliquen al demandado los efectos del artículo 362 del Código de Procedimiento Civil. El defensor ad litem ha sido previsto en la ley (Código de Procedimiento Civil), para que defienda a quien no pudo ser emplazado, no para que desmejore su derecho de defensa. (...omisis...) Si el defensor no obra con tal diligencia, el demandado queda disminuido en su defensa, por lo que la decisión impugnada, que no tomo en cuenta tal situación, infringió el artículo 49 constitucional y así se declara…”.
Con base al citado criterio es inaceptable la conducta absolutamente negligente por parte de la defensora, quien además no dio excusa de su comportamiento.
Siendo obligación de todo Juez asegurarse que los defensores ad litem que sean designados cumplan con el sagrado deber de la defensa del demandado, pues, como quedo dicho, ya no es suficiente seguir la formalidad de la aceptación y juramentación del defensor ad litem, sino que, por el contrario, como rector del proceso el Juez debe vigilar que la participación del defensor se haga en forma activa.
En consecuencia, no pasa inadvertido para quien juzga, la actitud pasiva asumida por la defensora judicial de la parte demandada, abogada CARMEN CABEZA, quien a pesar de haber prestado juramento comprometiéndose a cumplir el cargo con toda fidelidad y responsabilidad, según se evidencia de la diligencia suscrita en fecha 21/01/2009, no lo hizo, por lo que se le apercibe que en lo sucesivo asuma la conducta adecuada al cargo que ostenta, ya que su finalidad es colaborar en la recta administración de justicia al representar y defender los intereses del no presente e impedir que la acción en justicia pueda ser burlada en detrimento de los derechos de las partes. Considerando necesario quien aquí decide, ordenar la reposición de la causa.
Por los razonamientos expuestos y con base a las consideraciones anteriores, este Juzgado Segundo de Primera Instancia Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Monagas, Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, DECLARA LA REPOSICION DE LA CAUSA al estado de designar nuevo defensor judicial y en consecuencia la NULIDAD DE LAS ACTUACIONES cursantes de los folios 44 al 78 ambos inclusive, y los folios 81 y 83.
PUBLIQUESE, REGISTRESE y DEJESE COPIA.
Dada, Firmada y Sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Monagas. En Maturín, a los Catorce (14) días del mes de Diciembre de 2009. Años: 199° de la Independencia y 150° de la Federación.
El Juez Temporal,


Abg. Said Sarkis Frangie Maarraoui.
La Secretaria,


Abg. Dubravka Vivas

SFM/mjm
Exp N° 11.717